Un reconocimiento a los maestros comprometidos con la inclusión
15 mayo, 2023
Sistema Nacional de Cuidado

En el Día del Maestro queremos hacer un reconocimiento a las y los maestros del país, que con sus enseñanzas y formación aportan día a día al desarrollo de todas las personas, sin excepción. Un reconocimiento especial hacemos a aquellos que están comprometidos con la educación inclusiva y que buscan las maneras de responder a la diversidad de características, intereses, posibilidades y expectativas de sus estudiantes.

A través de Claudia Patricia Romero, de Yumbo (Valle del Cauca), y Mauricio Sánchez, rector de la Institución Educativa Departamental Monseñor Alberto Reyes Fonseca del municipio Guayabetal (Cundinamarca), exaltamos esta importante labor.

 Una ‘profe’ que cierra brechas

“Ser una maestra inclusiva es brindar cercanía a toda la diversidad, apreciarla y darle oportunidades de participar. La educación inclusiva, además de ser un derecho, también es un indicador de calidad educativa”, dice la maestra Claudia Patricia Romero, de Yumbo (Valle del Cauca).

Estudió una Licenciatura en Educación Especial. Se ha enfocado en la atención a estudiantes con trastornos del aprendizaje y con discapacidad, en tratar de cerrar brechas de acceso y en garantizar las trayectorias educativas completas.

Una misión que ha venido cumpliendo desde 2015 cuando creó el proyecto PANEE en una institución educativa en donde trabajaba. El objetivo era brindarles apoyos específicos a estudiantes con discapacidad, hacer seguimiento a los estudiantes con trastornos del aprendizaje y brindar orientaciones a las familias.

Este proyecto fue tan exitoso en esa institución educativa que se convirtió en el Convenio Interinstitucional de Educación Inclusiva PANEE Yumbo. Por esto, está en varias instituciones educativas del municipio. Conecta a varios maestros y busca formalizar un trabajo de investigación al respecto.

“Cuando iniciamos, las instituciones educativas tenían temor de atender estudiantes con discapacidad o con trastornos en el aprendizaje porque pensaban que afectaría los resultados en las pruebas, pero fue todo lo contrario. Estos colegios obtuvieron los mejores resultados”, agrega la maestra.

El resultado se dio gracias a que se organizaron didácticas, ambientes de aprendizaje, apoyos, equipos de trabajo y todo lo necesario para garantizar el desarrollo de las diversas habilidades de los estudiantes. Con esto se empezaron a romper imaginarios en el municipio sobre la inclusión.

Ahora como maestra del aula Brújula, del Modelo Educativo Flexible de Aceleración de Aprendizaje de la Institución Educativa Antonia Santos de Yumbo, ayuda a nivelar a los estudiantes que están en extraedad.

A esta aula ingresan los niños, niñas o jóvenes que han llegado tarde al sistema educativo o que han tenido que desertar de este por diferentes razones. Los hijos de migrantes o de las familias que han sido víctimas del desplazamiento forzado son algunos de ellos.

“Llegan con competencias muy elementales en matemáticas y lenguaje y por su edad no pueden ser inscritos en segundo grado. Ahí entran a este modelo conmigo. Hacemos una nivelación o aceleración de sus aprendizajes, trabajamos por proyectos y por competencias. Así vamos cerrando las brechas de edad, hacemos que permanezcan de la institución y que se gradúen”, explica la profesora.

Un rector con sensibilidad

Hace cerca de ocho años, al Rector Mauricio, un diplomado en didácticas flexibles para la inclusión hizo entender la educación de otra manera. En ese momento era docente con funciones de orientación escolar en una Escuela Normal Superior, después pasó a ser rector. Cargo que ha desempeñado en diferentes instituciones educativas desde 2015.

Cuenta que le permitió darse cuenta de que Colombia dispone de las herramientas legales para la educación inclusiva. Sin embargo, de lo que se trata es de que los profesores e instituciones educativas las pongan en práctica.

“No se trata solo de integrar a las personas con discapacidad, ni de cuidarlas o atenderlas con un enfoque asistencial, como se venía haciendo. Se trata de responder con un enfoque de inclusión, en donde se garantice un mínimo de competencias de acuerdo con sus capacidades”, explica.

Eso es lo que ha buscado hacer en las instituciones educativas que ha dirigido. Un ejemplo son los tres años que estuvo en una institución de Cáqueza (Cundinamarca). Con el equipo de maestros de la institución ajustó las políticas internas, el Proyecto Educativo Institucional (PEI), el manual de convivencia, el sistema de institucional de evaluación de los estudiantes (SIEE) y el Plan de Ajustes Razonables (PIAR) para que respondieran a las necesidades de la población.

En la actual institución, él y los profesores están en un proceso etnográfico previo de diagnóstico. Más adelante, con el apoyo del orientador escolar, empezarán un proceso de sensibilización a maestros y de atención pertinente a los niños y niñas.

El proceso se debe a que todavía no están identificados todos los niños y niñas que requieren apoyos específicos. Por ahora la institución ha identificado algunos casos de estudiantes con discapacidad intelectual, sensorial y mental – psicosocial. Este es uno de los primeros pasos para garantizar la inclusión en esta institución, que es la misión del rector.

“La inclusión es un tema de garantía de derechos, de rescatar la dignidad de las personas y de reconocer las capacidades de todos y todas, independientemente de una situación que marque una condición diversa”, afirma.

Dos maestros en una misma comunidad

El rector y la ‘profe’ hacen parte de la comunidad de aprendizaje ‘Maestros por la Inclusión’ de la Fundación Saldarriaga Concha.

La comunidad está conformada por cerca de 25.000 maestros, directivos, estudiantes, familias y cuidadores para intercambiar experiencias y prácticas pedagógicas inclusivas. Está presente en Facebook y WhatsApp, cuenta con un centro de recursos y tiene algunas iniciativas en pro de la educación inclusiva. Leer sobre la Comunidad Maestros por la Inclusión.

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