Adiós vejez temida, bienvenida vejez reconocida y valorada
18 agosto, 2022
Sistema Nacional de Cuidado

Ministros de más de 70 años, empresarios y artistas que alcanzan los 90 y bachilleres y profesionales graduados a sus 80 muestran día a día que el mundo rompió con el concepto que se tenía de persona mayor: después de los 60 años las personas solo tienen como proyecto de vida dar cuidado a sus nietos y nietas o recibir el cuidado de otros. 

El profesor de economía Raúl Scarpetta Gómez explica lo que está ocurriendo: “es la ruptura de la vieja cultura del asistencialismo y de la vulnerabilidad, que ubica a la persona mayor en el contexto de la vejez temida. Queremos avanzar hacia la vejez venerada, teniendo en cuenta todos esos conocimientos y experiencias que como personas mayores tenemos”. 

Scarpetta y un grupo de colegas se han propuesto contribuir con la promoción de ese nuevo concepto de lo que significa ser una persona mayor en estos tiempos. Hace 28 años crearon la Asociación de Profesores Jubilados de la Universidad de Antioquia (Aprojudea), con el fin de seguir aportando sus conocimientos a la academia y a la sociedad, tener un espacio para ellos y un proyecto de vida. Hoy, cerca de 240 profesores jubilados están afiliados, quienes cuentan con títulos de doctorado y maestría en diferentes áreas, es decir, son un grupo de profesionales altamente cualificado. Por eso, entre sus acciones está la socialización del saber a diferentes públicos. 

Vejez temida por una venerada

El intercambio de experiencias y conocimientos entre diferentes generaciones, como lo hace Aprojudea, es una de las estrategias que se están impulsando en el mundo para no perder saberes tradicionales y para lograr aprendizajes entre las comunidades. 

“En algunos países hay experiencias como jornadas de diálogos en las cuales las personas mayores van a la escuela y comparten conocimientos con los niños. En Colombia es un área pendiente. Debemos fomentar esos espacios y que esos diálogos sean frecuentes. Sin duda es un aspecto importante para la trasmisión de conocimiento y el aprendizaje bidireccional”, explica Luis Carlos Venegas, director delInstituto Rosarista para el Estudio del Envejecimiento y la Longevidad (IREEL). 

El IREEL tiene el objetivo de trabajar de manera transdisciplinar para entender cómo es el fenómeno del envejecimiento y así identificar qué necesidades tienen tanto las personas mayores como la sociedad para brindar una mejor atención y mejores servicios para todos. 

Sin duda un asunto de la mayor trascendencia porque aumentará la población de personas mayores en todo el mundo. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la esperanza de vida es de 74 años. Las mujeres viven más que los hombres, en promedio 6,8 años más, lo que significa que tienen otra etapa de la vida por delante. 

“Por qué no volver a la universidad o a la escuela. Muchas personas mayores lo han hecho al tener la idea de que las cosas continúan y, por lo tanto, pueden trabajar, estudiar, aprender algo nuevo. No es un volver a empezar es un seguir adelante”, dice la psiquiatra Lina González, líder de Salud y Bienestar en la Fundación Saldarriaga Concha. 

Venegas agrega que con esa expectativa de vida de 15 o 20 años más es cada vez más frecuente que las personas quieran continuar su productividad dedicándose a otras actividades, normalmente a aquellas que no pudieron hacer cuando trabajaban por falta de tiempo como pintura, escritura, artes y letras. 

En este sentido, la Fundación Saldarriaga Concha impulsa el Fondo Plan Mayor e ‘Historias en Yo Mayor. La primera apoya desde 2019 emprendimientos de personas mayores de 60 años, en alianza con las fundaciones  Arturo y Enrica Sesana y Nelly Ramírez Moreno. 

La segunda es una iniciativa ejecutada con la Fundación Fahrenheit 45. Es un concurso en el que las personas mayores reciben un acompañamiento para narrar de manera escrita u oral sus vivencias, anécdotas y saberes. Luego, se publica un libro con las historias seleccionadas. Hasta el momento se han publicado seis libros y próximamente se abrirá convocatoria. 

“Hay muchas personas mayores a las que no reconocemos por su edad, sino por sus capacidades y posibilidades. Como por ejemplo Fernando Botero (94 años), quien sigue estando vigente por sus pinturas y esculturas; Henry Kissinger (99 años), Premio Nobel de la Paz y exsecretario de Estado de EE. UU. que sigue siendo influyente en la política de su país y este año publicó un nuevo libro, o el empresario Arturo Calle (83 años), tan actual en el mundo empresarial”, concluye la psiquiatra González. 

Libia, un ejemplo de trabajo continuo

Libia Ruth González Arenas, de 67 años, es lideresa de la Comuna 1 Popular de Medellín y una de las estudiantes asiduas de los profesores jubilados. Hace 23 años llegó desplazada del municipio de Remedios (Antioquia) y desde ese momento comenzó su trabajo como líder de las personas mayores y de las personas con discapacidad. Hace parte de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos de Medellín. 

“Fue duro porque viví un proceso de desplazamiento, fui víctima de la violencia en Remedios. Llegué acá y había conflicto, había balaceras. Fue salir de un lugar para buscar alivio y llegar a otro peor. Muchas personas perdieron la vida y las personas mayores lloraban de tristeza por ver que sus hijos y sus nietos ya no estaban por causa de la violencia”, recuerda. 

A pesar de que nunca había bailado, su sueño era crear un grupo de danza, para cambiar la tristeza por alegría. En el camino se le presentó una oportunidad en la que tendría los recursos para pagarle a una profesora. Invitó a la primera clase a 22 señoras, quienes animadas dijeron que sí. A los dos meses ya tenía 43 personas mayores en actividad física. Al año tenía organizadas a las personas con discapacidad y un comedor con 152 personas mayores. 

Lleva 12 años como cabildante. Fue miembro de la Junta Administradora Local durante 2018 y en ese momento ganó un proyecto de 5.000 millones de pesos que permitió atender a las personas mayores. Es la presidenta del Comité Gerontológico y representa a más de 40.000 personas mayores habitantes de estas comunas. 

“Necesitamos respaldo para seguir avanzado y traer programas que fortalezcan el aprendizaje, el conocimiento y también la seguridad alimentaria. Hay muchas personas que pasan necesidad, tanto mayores como personas con discapacidad. Es muy poco valorado el adulto mayor”, asegura. 

Un asunto que por suerte está cambiando con programas como los que realizan los profesores jubilados de la Universidad de Antioquia y centros de investigación, como IREEL.

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