Muchos son los mitos sobre la sexualidad de las personas mayores. La relación con otras personas, su intimidad, la libertad para decidir y el respeto por sus gustos, son algunos temas que siguen siendo tabú dentro de la sociedad.
Diferentes estudios aseguran que la actividad sexual en las personas mayores contribuye tanto a su salud como a una buena calidad de vida, por lo que expertos señalan que es necesario abordar este tema con total respeto y sin estigmatizar a las personas que busquen un desarrollo pleno, libre y placentero de su sexualidad.
La sexóloga Zoraida Granados, citada por el portal 65ymas.com, explica que es común que las personas mayores de 65 años disminuyan la actividad sexual, pero busquen otras formar de expresar su erotismo, pasión y gusto por el otro.
«Frecuentemente las parejas de más de 70 años disminuyen la frecuencia sexual, adaptan sus encuentros, no se centran sólo en el coito, y ello supone que disminuyen su frecuencia e intensidad; pero no su nivel de satisfacción», dice Zoraida Granados al portal 65ymas.com
La experta también señala que la educación, sus costumbres, lugar de nacimiento y sus calidades afectivas y sexuales previas también va a influir en el desarrollo sexual de cada persona al superar los 65 años.
Así mismo, para el psicólogo experto en envejecimiento consultado por este mismo portal, Feliciano Villa, el entorno social y cultural también son determinantes en las personas mayores que buscan disfrutar su sexualidad.
«En el caso español, al menos, pertenecen a una generación que tuvo una educación sexual deficiente o inexistente, y crecieron en un entorno social con gran influencia de la Iglesia católica, que en aquel momento explícitamente consideraba el sexo con finalidad no reproductiva, el sexo fuera del matrimonio, o las relaciones homosexuales como un pecado. Es probable que esto cambie enormemente en los próximos años, cuando se incorporen nuevas generaciones con menos restricciones morales», señala el experto.
Frente a las barreras que puede afrontar una persona mayor para disfrutar su sexualidad, la familia suele ser una de las principales, pues, señala Villar, es difícil que las personas piensen en sus abuelos o padres como seres sexuales con necesidades en este aspecto.
«A todos nos cuesta pensar en nuestros padres mayores como seres sexuales, con necesidades en este ámbito. En el caso de los hijos con padres o madres ingresados en residencias, se suma una tendencia a la sobreprotección o a considerar que uno tiene que tener voz en la vida de su familiar, incluidos aquellos aspectos más íntimos», dice el experto.
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