Cerca del 7% de la población en Colombia tiene una discapacidad intelectual y el 25% de esas personas se encuentran en edad productiva, ¿qué se debe hacer para atraerlas a la economía del conocimiento? Esta pregunta se la plantearon la Fundación Saldarriaga Concha, Ruta N, Ocho y Tres, Sustentropía, Lauracate y la Universidad CES, quienes crearon la iniciativa social INCLUSTEAM. Es decir, la respuesta a la pregunta.

INCLUSTEAM tiene dos objetivos. Por un lado, visibilizar las capacidades de las personas con discapacidad y su potencial para contribuir a la economía del conocimiento y, por otro, indagar cuáles son las competencias institucionales que se deben desarrollar para garantizar su inclusión educativa y laboral en entornos digitales.

“Este proyecto ha sido revelador porque es la primera oferta que conocemos adaptada a las necesidades de las personas con discapacidad, sobre todo jóvenes, en términos de ciencia y tecnología. También es relevante que exista una Escuela de Padres que ha sido determinante para que esto se traduzca en verdaderas oportunidades de aprendizaje. El piloto, además, moviliza capacidades distritales y municipales”, explica Iván Darío Gómez Castaño, líder de Entornos Digitales de la Fundación Saldarriaga Concha.

En la práctica, esto se traduce en la formación de 25 jóvenes y adultos con discapacidad intelectual en habilidades STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemática). La formación se está llevando a cabo desde el pasado 21 de marzo de manera presencial en Medellín (Antioquia) en espacios que RUTA N y la Universidad CES han destinado para ello. El proceso finaliza el próximo 19 de abril.

“Muchas gracias. Estoy muy orgullosa por hacer parte de este proyecto, de aprender cosas nuevas y abrirme a nuevos espacios”, dice una joven participante.  

Los padres de familia también participan 

Paralelo a esta formación, se desarrolla la Universidad de Padres por medio de encuentros virtuales y presenciales, en los cuales las familias o cuidadores primarios reciben las herramientas y los conocimientos necesarios para acompañar a los jóvenes en su vida adulta, con un enfoque hacia la independencia y participación en la sociedad.

Finalmente, con esta iniciativa se espera habilitar un esquema de trabajo interinstitucional, que permita determinar las capacidades institucionales que se deben desarrollar para una intervención laboral y educativa en tecnología.

“Estoy feliz con este programa. Desde el primer día me di cuenta de que mi hija es más capaz de lo que yo pensaba. Como papás a veces queremos tener a nuestros hijos al lado para cuidarlos y no nos damos cuenta de que quieren salir al mundo, y yo quiero que ella avance. Este programa nos ayuda a quitamos la venda y a entender que nuestros hijos sí pueden. Que tienen capacidades diferentes, que tienen sueños y debemos apoyarlos”, dice Erick López, papá de María José, una joven de 20 años con autismo.

La Fundación Saldarriaga Concha financió este piloto y espera evaluar otros escenarios del país para ampliar la implementación de esta estrategia. 

Si quiere conocer cifras sobre inclusión social de las personas con discapacidad, le puede interesar el Índice Multidimensional de Inclusión Social y Productiva para Personas con Discapacidad, léalo dando clic aquí.